Al acabar taller que realizamos el 27 de febrero en el Centro Psicointegral.es de Gijón, uno de los asistentes, Rubén Vidorreta, nos obsequió con este poema, que con su permiso comparto:
EL LABERINTO, MI
LABERINTO
Pensamientos que forman laberintos,
Laberintos de ideas,
Ideas que se transforman en laberintos de acciones,
Acciones que nos
llevan por laberintos de reacciones,
Laberintos de reacciones que se convierten en impulsos,
Impulsos que nos
conducen a un laberinto de engaños y desengaños,
Engaños y desengaños que son aciertos y desaciertos,
Y que nos conducen
por un laberinto de conciertos y desconciertos,
Que nos afinan y desafinan, sinfonías de amores y desamores,
Amores y desamores
que nos sumergen por laberintos de pasiones y depresiones,
Pasiones y depresiones que nos producen risas y llantos,
Y que nos guían por
laberintos de subidas y descensos a los cielos y a los infiernos,
Cielos e infiernos donde aprendemos si desaprendemos,
Donde nos encontramos
y desencontramos, con laberintos de ropajes y vestidos,
El laberinto de
nuestro Yo, donde viven y anidan nuestros infinitos rostros, nuestros
amados y odiados Yos.
Yos que somos y que no somos, que están en nuestro laberinto
para usarlos y desusarlos, dependiendo de nuestra consciencia o inconsciencia.
Laberinto por el que
podemos estar vidas navegando sin rumbo, pero que al mismo tiempo, y usando
nuestra plena consciencia, nos situamos en el centro mismo de él, aquí y ahora,
donde está nuestro verdadero Yo, el inmutable, el observador, donde olvidamos
ese mismo laberinto que es nuestra mente, y vivimos solo desde nuestro corazón.
Donde experimentamos el verdadero amor, el amor
incondicional, donde impera la auténtica paz y la serena alegría de SER YO, DE
ESTAR, DE SIMPLEMENTE SER.
Donde para esta
pregunta, ¿Quién SOY?, solo hay una
respuesta: “YO SOY”
Rubén Vidorreta.
Agosto 2015
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