Traducción publicada por Genpo Roshi en la entrada de su blog What Big Mind has brought to Zen practice.
En el último entrenamiento para 
facilitadores del proceso Big Mind, un participante preguntó acerca de 
cómo utilizar el proceso, en especial al trabajar con la voz del 
Controlador, como parte de su práctica de meditación. Genpo Roshi 
respondió:
Lo que queremos hacer, y pienso que 
esto es una verdad universal para todas las voces, es empoderar a cada 
voz para hacer su trabajo, de manera que cada voz se de cuenta que es 
apreciada por el trabajo que realiza. Ahora, este trabajo – el del 
Controlador, o cualquier otra voz – puede hacerse de una forma muy 
inmadura y enfermiza, o puede hacerse de una forma muy madura y 
saludable. Podríamos decir que puede hacerse de una forma muy iluminada o
 muy ilusoria. El Controlador, quien es el que tiene el control acerca 
de cuáles voces tienen el permiso de hablar, trabaja muy de cerca con el
 miedo, y otorgará el permiso a una voz particular para expresarse si se
 siente seguro. La voz misma tiene que sentirse amada, apreciada, 
honorada, respetada y empoderada. Entonces se vuelve como masilla en tus
 manos, y trabajará a tu favor y no en tu contra. Cuando el Controlador 
está realmente de tu lado, el Controlador se transforma en el Maestro, y
 ya no opera únicamente desde el miedo, si no desde la sabiduría y la 
compasión.
El Zen tradicional no era realmente 
consciente de estas voces, el Controlador, etc, así que lo que hicimos 
fue casi suprimirlas, empujarlas al fondo para obtener el control. Como 
dijo el Buda, aquel que se hace maestro de su propia mente es como un 
guerrero que derrota a diez mil enemigos por si solo. Es cierto, pero es
 mucho mejor hacerlo con amor y compasión que a través de la supresión, 
ya que lo que hemos aprendido a través del proceso Big Mind es que las 
voces prefieren que se les pida y no que se les exija. Apenas como un 
niño. SI le dices a tu hijo pequeño “No hagas eso,” tu sabes que lo van a
 hacer. Si dices, “Por favor no hagas eso, va a ser perjudicial” 
seguramente, si tienen algo de sabiduría, van a obedecer. La gente 
también es así. Si tratas de suprimirla, se va a rebelar. Si les pides 
de forma amorosa y amable que te ayuden, que te apoyen “necesito de tu 
ayuda, de tu apoyo” casi todo el mundo te va a decir “Si, posupuesto, 
soy feliz de apoyarte.” Las voces también son así, ya que cada una de 
ellas es casi como un ser humano.
Así que la clave del proceso Big Mind 
es pedir permiso en vez de ordenar o suprimir. Entre más se suprime una 
voz, más trata de llamar la atención. Si tratas de suprimir la Mente 
Pensante, si tratas de hacer que la Mente pensante se calle, no 
funciona, tan solo se vuelve más activa. Si le dices a la mente pensante
 “Sabes que te amo y te aprecio y quiero que pienses todo lo que 
quieras” solo hace “Uhhh” – se vuelve tonta. Se aquieta, a menos que 
exista una razón para pensar acerca de algo. Entonces empezará a pensar.
 Pero en realidad no tiene mucho que decir si no existe un tiempo y 
lugar apropiado para hacerlo. Solo se queda quieta, como un gatito o un 
perrito, hasta que es el momento, y entonces sale.
Creo que esto es lo que Big Mind ha 
traído a la práctica. Ya que cada voz, al igual que cada ser, está 
aspirando al despertar total, a la consciencia total. Esa es la 
aspiración de todo. Eso mismo lo aspiran todas las voces, el ser 
reconocidas, abrazadas, que se les dé la oportunidad de llegar a ese 
lugar. O sea, todos estamos creciendo no? Los árboles crecen, las 
plantas crecen, todo está aspirando crecer. Y quizás una vez dejamos de 
crecer físicamente, lo único que nos queda es crecer espiritual e 
intelectualmente.
Nunca había pensado a cerca de esto, 
así que puede estar totalmente equivocado, pero tal vez el crecimiento 
espiritual es el único que nunca termina. Tu sabes, en lo físico nos 
detenemos; bueno, supongo que podemos seguir expandiéndonos – de hecho 
lo hacemos, apenas si quepo en mis pantalones ahora mismo, he ganado 
mucho peso. Pero espiritualmente no hay fin. Crecimiento interminable, 
oportunidad interminable. Y conscientemente tiendo, a veces si y a veces
 no, a hacer una distinción entre lo espiritual y lo consciente, ya que 
creo que el crecimiento consciente también incluye lo no – espiritual, 
lo material, lo físico, o lo que sea que cataloguemos como lo no – 
espiritual. Así que lo espiritual está a un lado del triángulo, digamos 
el lado derecho, y lo material, el mercado, o la consciencia del día a 
día está al lado izquierdo, pero lo consciente – ya que no tengo una 
palabra mejor para nombrarlo – está en el Apice.
 
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